Desde que se hizo obligatorio el uso de la factura electrónica comenzaron las dudas respecto a la forma de emitir y validar CFDI pues es de gran importancia para asegurarnos de que nuestra transacción fue honesta y podremos deducirla llegado el momento de la declaración de impuestos. Validar nuestros comprobantes no es tan complicado, solo necesitamos de la documentación que el SAT nos solicita y el respaldo de un PAC o un software que cuente con solución gratuita.
Supongamos que dentro de nuestros proveedores tenemos a una agencia SEO que nos ayuda con la publicidad, mes con mes deben emitirnos el comprobante de pago, totalmente válido y con todos los sellos y certificados del SAT de modo que podremos registrarlo como egreso, pago de servicios o de proveedores y registrarlo dentro de nuestra contabilidad electrónica -otra de las exigencias de la autoridad fiscal- de este modo podremos tener un mejor control de nuestros pagos y podremos deducir los impuestos correspondientes.
La facturación electrónica, a pesar de la negativa con la que fue recibida, ha demostrado ser muy efectiva para tener al corriente la situación fiscal de los contribuyentes, además es mucho más sencillo presentar la información contable al SAT pues siempre se mantiene al tanto de los movimientos del contribuyente: sus ingresos, egresos e inversiones.
Al momento de emitir nuestra factura electrónica debemos asegurarnos de que tenga todos los datos necesarios, cuando contamos con el servicio de un PAC se realiza automáticamente el proceso de sellado fiscal, asignación de folio y timbrado y el sistema nos devuelve el CFDI ya validado y en archivo XML, el único válido ante el SAT.
No validar una factura es una factura falsa, una situación que puede ocasionarnos problemas con la autoridad quien nos puede castigar con prisión desde 3 meses hasta nueve años, dependiendo del monto que cubría la factura. Prevenir este tipo de actividades ilícitas o maliciosas está en manos del contribuyente, quien no debe incurrir en prácticas indebidas como facturas apócrifas.
Investigar bien los datos fiscales de nuestro proveedor, revisar todas las facturas emitidas e imprimirlas en PDF y buscar negocios limpios, seguros y claros con contribuyentes honestos puede salvarnos del fraude fiscal. Cuidado con las ofertas o los correos electrónicos misteriosos, por ahorrarse unos pesos puede caer en prisión.