Una de las medidas de seguridad y regulatorias que todo negocio debe considerar es la cantidad de emisiones sonoras que genera durante sus labores, ya que no sólo se protege al personal de daños auditivos, sino que se propicia un mejor ambiente de trabajo al no someterlos a estrés y ansiedad derivados de estar en un sitio en donde el ruido no permita la misma concentración que un uno más apacible.
En el caso de la industria, en donde hay siempre diversas maquinarias y equipos que emiten niveles altos de ruido, aunque podría parecer imposible evitar generar esta gran cantidad de ondas sonoras, lo cierto es que existen múltiples productos que la tecnología arquitectónica actual ofrece para dar solución a este problema.
¿Qué opciones tecnológicas existen para el aislamiento del ruido en la industria?
Una de las alternativas más usuales para la industria son las cabinas acústicas metálicas, las cuales se instalan directamente en la fuente de ruido, encerrándola para evitar que las ondas sonoras se propaguen.
Otra opción que trabaja bajo el mismo concepto son las casetas acústicas flexibles, las cuales, si bien no brindan el mismo blindaje que las anteriores ni la misma durabilidad, ofrecen una disminución significativa en el aislamiento de ruido a un costo mucho menor, además de que gracias a sus paneles desmontables son de fácil instalación e incluso pueden adaptarse a otras áreas si por algún motivo ya no se necesitan en donde fueron puestas en primera instancia.
Continuando con las alternativas arquitectónicas para este contexto, se encuentran también los muros acústicos, los cuales están fabricados a base de paneles que absorben las ondas sonoras y se encuentran hechos de forma modular, por lo que pueden integrarse en diversas configuraciones. Su versatilidad los hace aplicables no sólo a la industria, sino que también pueden ser útiles en obras de infraestructura como carreteras y autopistas, hospitales, estaciones de transporte público, edificios de oficinas, centros educativos, etcétera.
Todas estos elementos no sólo crean un mejor entorno laboral, sino que también favorecen el apego a la reglamentación planteada en la norma oficial mexicana ruido ambiental, la cual dicta los máximos niveles sonoros que una industria puede emitir.
Teniendo esto en cuenta, es importante saber que dentro de una zona industrial la cantidad máxima de ruido no debe superar los 68 decibles dentro del horario que va de las 6 a las 22 horas, mientras que de las 22 a las 6 horas del día siguiente no está permitido sobrepasar los 65.