Tecnología de fotosíntesis artificial

Como todos lo sabemos, la fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía por medio de la ruptura de la molécula de agua y la reducción de dióxido de carbono, este es un proceso vital para las plantas, proceso del que nos enseñan su importancia desde los primeros años de primaria.

Desde que se empezaron los estudios acerca de la fotosíntesis a nivel mundial, diversos premios nobel se han ganado gracias a los esfuerzos y profundidad que se logra con cada uno de los estudios. Debido a estos constantes estudios, se llegó a descubrir el fenómeno fotocatalítico de la descomposición del agua, lo que ayudó a pensar más en profundidad la posibilidad de llevar a cabo la fotosíntesis artificial. Esto puede ser utilizado para incrementar el conocimiento que se tiene acerca de los procesos por los que pasan las plantas, esto para ayudar a manipular la estructura y poder desarrollar dispositivos nanométricos que repliquen la fotosíntesis. Esta nueva opción de mutar los procesos de la fotosíntesis en un medio controlado, puede ayudar a obtener energéticos renovables que mediante el aprovechamiento de la luz solar, el agua y absorción del CO2 ayuden al ambiente a bajar los niveles de contaminación que tanto le afectan en el día a día.
Fue gracias a estas investigaciones que el Consejo Nacional de ciencia y tecnología (CONACYT) presentó abiertamente su nuevo proyecto llamado Fotosíntesis Artificial. Según registros, este es el primero en su tipo y por la innovación que implica el mismo, agrupa a investigadores nacionales de fotocatálisis, electroquímica, microscopía electrónica y desarrollo de nanomateriales entre otras tecnologías que ayudarán a realizar este proyecto en corto plazo que permitirá el amplio desarrollo científico de nuestro país, dando pie a crear nuevos y propios dispositivos que utilicen la luz solar para realizar el proceso de fotosíntesis artificial.
Se planea que el uso de estos materiales que poseerán propiedades catalíticas y semiconductoras, ayudarán a transformar la energía luminosa en energía eléctrica que también será capaz de descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno, lo que dejará como resultado un excedente de energía que puede ser utilizado en otro tipo de dispositivos.
Uno de los especialistas, Dr. Ricardo Gómez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, aseguró que esta es la primera vez que México se lanza por un proyecto de este estilo ya que se parte de ciencia básica y esperar a que se dé el visto bueno para llevar a cabo el proyecto, no es una buena opción.