La computación en nube o “Cloud computing” es un modelo de negocios en el que un administrador proporciona todos los recursos informáticos necesarios para desarrollar una plataforma comercial, sin necesidad de realizar grandes inversiones. Su método consistente en acercar a proveedores de servicios y clientes a través de una red virtual diseñada y continuamente actualizada por el administrador para mantenerla al día.
Ciertamente es un método y una herramienta de gran utilidad, sin embargo existen ciertas limitaciones que no terminan de convencer al público en general de migrar hacia ese tipo de modelo empresarial. También han surgido dudas relacionadas con la confidencialidad de la información y la administración de los servidores donde ésta se almacena.
Por un lado, al contratar a un administrador de nube se depende en buena medida de él para solucionar puntualmente nuestras propias necesidades. El mantenimiento de nuestra plataforma es continuo, pero nuevas actualizaciones siguen apareciendo, en ocasiones tan deprisa que resulta complicado estar al corriente. Además, las opciones a nuestro alcance están sujetas a la disponibilidad del proveedor y a su capacidad para proponer un nuevo acercamiento para un reto cualquiera.
Por otra parte, la cuestión del manejo de datos sensibles es quizá la fuente de controversia principal en el asunto de las nubes de computación. Los proveedores utilizan una virtualizacion de plataformas sumamente avanzada para maximizar la cantidad de espacio de almacenamiento y memoria que pueden ofrecer. Por este motivo, guardan información confidencial de un gran número de empresas y, si bien existen los acuerdos de confidencialidad no es posible garantizar que los datos que se entregan para ser almacenados se queden allí.
Desde hace tiempo se vienen escuchando noticias acerca de robo o duplicación de información personal tanto de los bancos como de las propias instituciones de gobierno y organismos descentralizados.
Otro argumento en contra del movimiento tan abundante de esta clase de información por la red es que aunque los servidores en que se almacenan los datos sean seguros, para llegar a ellos deben pasar por un variable número de nodos y, aunque la información esté encriptada, es susceptible de ser desviada de su canal original.
Un ejemplo más de la desconfianza generada por la proliferación de empresas fantasma y las que desaparecen de un día para otro es que las empresas que obtienen sus ingresos únicamente de la prestación de servicios dependen totalmente de que se mantenga su viabilidad técnica y financiera. Una empresa que tuviera un súbito despegue podría absorber rápidamente a sus competidores, limitando las opciones para los consumidores y centralizando grandes cantidades de información.
Finalmente, mientras más usuarios concentren su actividad en las nubes computacionales mayor será la dependencia que se genere hacia ellas y hacia sus aplicaciones, de modo que cada vez más personas se vean obligadas a adquirir los productos autorizados para interactuar con otros clientes y proveedores.
El sistema de cloud computing suena un poco complejo pero no lo es. Una vez que se tenga un técnico es sistemas que organice la información adecuadamente no hay porqué temer al robo de identidad ni de información, sin embargo a los empleados no siempre les gusta el modelo en nube pues no pueden acceder a redes sociales, imprimir información para su uso personal ni jugar… pero estas son más ventajas para las grandes empresas y sus clientes.